La cubierta o techos metálicos autoportantes son un tipo de techo en la que no existe estructura de carga, apoyándose  la misma  sobre vigas de carga. En el se destaca la total ausencia de correas, cerchas vigas u otro elemento resistente intermedio.

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Son la solución más ligera del mercado para la realización de  techos por los que las convierten en una  excelente alternativa en el mundo de la construcción.

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La principal característica de las mismas es la posibilidad de alcanzar hasta los 30 metros de luz entre apoyos. Este tipo de techo consiste en un perfil metálico grecado que es curvado mediante embuticiones. Dicho perfil se fija a las vigas mediante tornillos.  El sistema está basado en el desarrollo de la teoría de un arco isostático con sus extremos unidos mediante un tirante.